Hierve unas cuantas cáscaras de nuez, luego deja que se enfríe, cuélalo todo y haz gárgaras con el agua resultante.
También sumerge los pies en agua caliente todo lo que soportes, al rato los secas bien, te pones unos calcetines gordos y te acuestas para dormir. Los resultados, a la mañana siguiente.
Por último, vahos de eucalipto y tomillo a partes iguales.
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