Las personas tenemos un segundo cerebro alojado en nuestro sistema digestivo, en el cual existen el 70% de las neuronas que existen en el cuerpo. Si bien la psique está controlada por el cerebro, nuestro sistema digestivo es capaz de influir en el sistema inmunitario y en nuestro estado de ánimo.
Existe una gran interacción entre nuestro cerebro y éste segundo cerebro, determinando en gran medida nuestro estado mental. Un ejemplo: cuando no hemos comido nuestras capacidades disminuyen y nuestro carácter no es tan tolerante. Siempre se ha dicho entre los hombres de negocios que los grandes temas hay que plantearlos después de comer porque somos más receptivos. En la medicina oriental nunca se le ha dado todo el valor al cerebro y al corazón, también a la tripa. Cuando ésta funciona, funciona todo el cuerpo como un reloj.
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