Sufrió el pasado sábado una parada cardiorespiratoria en una calle cercana al Estadio Santiago Bernabéu donde tantos días de gloria vivió como jugador de fútbol.
Un día le pregunté a mi padre por qué no había vuelto, tan futbolero como era, al Santiago Bernabéu, y me respondió "cuando has visto jugar a Alfredo Di Stefano, todo lo demás te parece mediocre".
Le llamaban La Saeta Rubia.
Fichó por el Real Madrid con 28 años y medio y cambió la historia del club blanco, haciéndole ganar las primeras 5 Copas de Europa con aquel equipo que hizo soñar al mundo entero.
Tenía 88 años, los acababa de cumplir el pasado 4 de julio. Siempre lo recuerdo porque también es la fecha de mi cumpleaños.
Era el Presidente de Honor del Real Madrid.
Inventó los goles de tacón, y su cerebro y su remate pasarán a la historia con forma de leyenda.
El mundo del fútbol está de luto y los madridistas pierden a su padre natural.
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