sábado, 12 de abril de 2014

PROYECTO HANDLE, LA MANO ROBÓTICA DEL FUTURO

El tacto es quizá el sentido que suele pasar más desapercibido, pero no por ello la ciencia le presta menos atención. El misterio de por qué somos capaces de apreciar los cambios tan sutiles de unos objetos a otros parece haber sido resuelto gracias a una reciente investigación de la Universidad de Columbia.

El estudio ha utilizado por primera vez la optogenética (un nuevo método que utiliza la luz como un sistema de señalización para activar las neuronas) en las células cutáneas para determinar cómo funcionan y cómo se comunican.

Gracias a este experimento, los científicos han podido “ver” cómo las células bajo la superficie de la piel, las llamadas células de Merkel (localizadas en la epidermis y descritas por primera vez en 1875),son las que transmiten los estímulos mecánicos a las neuronas sensoriales cercanas y por tanto, nos permiten sentir las texturas y los detalles más finos y nimios de los objetos del mundo que nos rodea.


Los resultados del trabajo, publicado en la revista Nature, no solo describen un avance clave en nuestra comprensión de la sensación táctil, sino que también pueden estimular la investigación en la pérdida de la percepción sensible al tacto, condición que sucede con algo tan natural como el envejecimiento o con tratamientos médicos como la quimioterapia contra el cáncer.
Fuente: revista Nature y revista Muy Interesante.

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