Son los frutos más olvidados. Y todo porque manchan (si no se tiene cuidado) y empachan (si se comen más de las debidas). Sin embargo, son buenísimas: estimulan la digestión, mejoran la función cardiovascular, podrían prevenir el cáncer, retrasan el envejecimiento, ayudan a regular el ph de la sangre, combaten la retención de líquidos y deben tomarlas todos los que padecen artritis.
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