. PUEDE CORTAR LA DIGESTIÓN
. PUEDE CAUSAR REFLUJO GÁSTRICO
. PUEDE PROVOCAR SENSIBILIDAD DENTAL, MIGRAÑAS Y DOLORES DE CABEZA
Nuestro estómago está diseñado para consumir alimentos a una temperatura similar a la temperatura de nuestro propio cuerpo. Por lo tanto, ingerir alimentos demasiado fríos o calientes, significa un trabajo extra para el proceso de la digestión o una paralización, en el caso del frío, de nuestro organismo en sus funciones.
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