Nadie ha llevado la fama y la gloria con tanta dignidad en el mundo del cine.
Seis hijos de dos esposas y ningún amorío conocido, y podría haber compartido pecados con muchas mujeres que le adoraban. De cualquier modo, la muerte de su hijo Scott, por sobredosis en 1978 marcó su carácter y su vida desde entonces.
Se llevó siempre bien con las otras estrellas e incluso fue amigo de ellos (Redford, Eastwood...).
No participó en ninguna de las grandes obras maestras del cine y, sin embargo, fue uno de los dioses de Hollywood.
A mí particularmente me dejó huella una de sus películas: "La leyenda del indomable". Aquella apuesta en la cárcel de comerse 100 huevos fue irrepetible.
Aquella mirada de aquellos ojos tan azules... Nos hiciste muy felices muchas tardes en el cine...
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