lunes, 10 de febrero de 2014

CUANDO NOS ENAMORAMOS RENDIMOS MENOS

Ahora la ciencia va más allá y nos confirma que parece ser así efectivamente. Los amantes apasionados tienen un menor control cognitivo, o eso concluyen Henk van Steenbergen y sus colaboradores en un artículo publicado en la revista científica Motivation & Emotion (2013). En su estudio analizaron las relaciones entre el la intensidad del amor apasionado y el rendimiento en dos tareas de control cognitivo en un grupo de estudiantes que de forma reciente habían comenzado una relación amorosa.

Los 51 participantes completaron la Passionate Love Scale con la que se medía la intensidad de ese amor apasionado y realizaron dos pruebas cognitivas, el test de Stroop (una prueba de inhibición motora) y una tarea de flancos (que mide atención selectiva e inhibición) en las que se obtiene una mejor puntuación cuando se es capaz de omitir una información irrelevante y centrarse en el estímulo importante.

Los datos mostraron que el grado de pasión en el enamoramiento predecía el rendimiento en las pruebas. Así, aquellos más apasionados ejecutaban peor las tareas, independientemente de que fueran hombres o mujeres y de su estado afectivo en el momento de la evaluación. Concretamente, los más apasionados sufrían más interferencia de la información irrelevante sobre la que era importante, lo que se traducía en mayores tiempos de reacción. Quizá sea esto lo que explique por qué no nos centramos y cometemos más fallos en nuestras actividades cotidianas cuando nos inunda la pasión. Muy Interesante.

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