El Santo Padre ayer sorprendió a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, recetando una nueva "medicina": MISERICORDINA.
No solo el cuerpo está enfermo, también el alma, el espíritu.
El Papa Francisco no solo habló de las virtudes de este nuevo "fármaco" para curar muchas enfermedades de este tiempo, sino que además repartió "Misericordina" entre las 80.000 personas que acudieron a verle. La "Misericordina" no es otra cosa que un rosario, algo que cuando se sigue en rezo alivia de tanto desajuste interior que padecemos. ¡Gracias, Padre!.
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