
Si bebe demasiado pronto tras salir del estado de inconsciencia, el paciente experimentará náuseas y vómitos. O peor aún: el líquido ingerido podría llegar a los pulmones, ya que los actos reflejos de nuestro organismo, como la tos, también han sido amortiguados por la sedación. Por otra parte, el ayuno prescrito antes de la intervención quirúrgica no tiene otro fin que evitar que el contenido gástrico se infiltre en el aparato respiratorio. Muy interesante.
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